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En las oficinas del 061, el teléfono tampoco para de sonar. Los incendios han disparado las demandas de la población, que han venido a complicar una época que ya estaba siendo difícil por las altísimas temperaturas registradas en los últimos días. «En estos momentos, sobre todo en los últimos diez días, hemos notado un aumento de trabajo terrible porque los efectos de los incendios se han sumado a una situación que ya se había agravado con el calor extremo», analiza Ana Martínez Moraña, Médica Coordinadora de la Central de Coordinación de Urgencias Sanitarias de Galicia 061. 

 ¿Cuáles son los principales problemas con los que se están encontrando los servicios de urgencias al otro lado del teléfono? Principalmente, al igual que en el PAC de Valdeorras, quemaduras, intoxicaciones o efectos provocados por el humo como la irritación. Mientras no llega la ayuda, desde el 061 tratan de acompañar a los afectados por vía telefónica a la vez que completan la historia clínica: «Cuando la gente llama, hacemos muchas preguntas. Todas son importantes. Aunque ya estemos enviando un recurso seguimos haciendo preguntas siempre encaminadas a poder ayudar al paciente de la mejor forma posible».

El seguimiento de la persona en un escenario urgente como el que puede provocar un incendio es importante, según explica Martínez Moraña: «Si vemos que alguien tiene esas dificultades, lo primero que debemos hacer para ayudar es vigilar el nivel de consciencia. Si vemos que disminuye, hay que colocar a la persona acostada de lado. Si pierde la conciencia tenemos que comenzar las maniobras de reanimación. Todas las indicaciones se las daremos desde el 061 mientras enviamos un recurso». 

Las consecuencias de la inhalación de humo más allá de los pacientes crónicos

 Los efectos de inhalar humo no es un problema que se circunscriba a personas con patologías crónicas «Agudiza las patologías respiratorias, pero, además, muchos pacientes que no tenían ningún tipo de patología respiratoria pueden presentarla por primera vez y sufrir algún tipo de broncoespasmo, por ejemplo», describe la doctora, que recuerda que también puede generar «irritación en la conjuntiva del ojo, fosas nasales, etc».

A la hora de evitar posibles consecuencias, hay ciertas precauciones que podemos tomar. «Debemos procurar que el humo no entre en las casas, incluso colocando toallas húmedas en las puertas y las ventanas. El humo puede producir inflamación en la vía respiratoria y dificultad para que entre el aire en el pecho. La persona que tenga dificultad para respirar debe sentarse y desabrochar la ropa que le pueda apretar, llamar al 061 y seguir las indicaciones», recomienda Martínez Moraña, que añade que ponerse un paño húmedo en la boca también puede resultar una estrategia eficaz. «En el caso de que el humo irrite los ojos, hay que lavarse la cara con agua muy abundante durante al menos diez minutos», completa. 

 ¿Cómo actuar si la ansiedad nos puede?

Desde el 061 completan el protocolo de actuación con una serie de recomendaciones para no ser víctimas de la ansiedad propia de una situación límite. «En estos casos, lo que recomendamos es que la persona respire despacio. Respirar demasiado rápido provocará que pronto aparezcan hormigueos en los dedos, los labios e incluso rigidez. Esto es por un exceso de eliminación de CO2. También recomendamos respirar utilizando una bolsa. Siempre, también en estos casos de ansiedad, hay que pedir ayuda», recuerda la experta.