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Helicóptero del 061: consulta urgente diaria de altos vuelos

La médica Antía Domínguez resalta la importancia de la colaboración ciudadana en los casos graves

 

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Antía Domínguez podría atender a sus pacientes en consulta pero eligió un trabajo de altos vuelos y, cada día, se sube al helicóptero del 061 para atender urgencias a lo largo de toda la geografía gallega. “Yo no serviría para estar en una consulta, me gusta la urgencia y la acción extrahospitalaria”, explica. Mientras habla apasionadamente de su trabajo -”soy una motivada”, reconoce- muestra su centro de operaciones: un helicóptero cargado de equipación para atender traumas, patologías cardíacas o emergencias de otras características. “Es como cuando vas a competir, entrenas, entrenas y entrenas y, cuando llega el día sientes los nervios, unos nervios de activación. Es lo que sientes cuando te llaman para un servicio que puede ser complicado. Pero sabes que eres la persona que más medios tiene en ese momento para actuar, confías en tu equipo y, con poco, resuelves”, explica la médica.

PIÑOR (TOÉN) 6/05/2021.- Antía Domínguez, médico del helicóptero del 061. José Paz

¿Por qué vuela?

Esta aeronave atiende casos urgentes cada día. O bien se desplaza porque su tiempo de llegada es inferior al de una ambulancia, o es necesaria su presencia porque son zonas de difícil acceso. En 2020, la mayoría fueron pacientes de dolor torácico, es decir, infartos. También sobrevolaron la provincia para atender alteraciones de consciencia, la emergencia de mayor incidencia este 2021. Otra labor fundamental es la intervención del helicóptero en los accidentes de tráfico, que “se disparó con la vuelta de la movilidad y las operaciones salida”, explica Domínguez. La media de vuelos al mes este año es de 49, un número que dobla las intervenciones realizadas en el primer año de pandemia. “Hubo mucho parón y cambió el tipo de servicios. Se redujeron sobre todo los casos de accidente, incluidas las incidencias con tractores y cavadores, algo muy común en la provincia”. Fueron en total 337 intervenciones.

Sin embargo, no todos pueden ser atendidos en la aeronave. Los infecciosos, las mujeres embarazadas y los agitados” que puedan poner en peligro el vuelo, reciben un tratamiento en tierra.

PIÑOR (TOÉN) 6/05/2021.- Antía Domínguez, médico del helicóptero del 061. José Paz

“Que las personas que están en el accidente colaboren con nosotros puede salvar muchas vidas”, dice Domínguez . El 061, ya desde antes de la pandemia, está primando la intervención telefónica. Un elemento fundamental cuando ocurre un traumatismo al que va a acudir el helicóptero: “Por teléfono te pueden explicar como realizar una RCP o nosotros podemos dar indicaciones. Hay que tener la mente fría: la persona o vive o muere”. La médica recuerda uno de sus casos más rocambolescos: un joven fue atropellado en Navia de Suarna y sangraba extremadamente por el cuello. “Sus amigos le taponaron la herida hasta que llegamos y estuvieron en contacto con nosotros, eso fue lo que le salvó la vida”, relata. Lo mismo ocurre con los sitios para aterrizar, dado que han de ser zonas medianamente despejadas, que no siempre encuentran desde el helicóptero: “La semana pasada en Carballeda de Valdeorras, un comunero nos señaló una finca para aterrizar y nos acompañó más de 500 metros, gracias a él, pudimos llegar a tiempo”, indica Domínguez.

Ojalá exigiesen una formación específica

Pese a la presencia de dos helicópteros medicalizados y de uso frecuente, uno en Toén y otro en Santiago, en Galicia no hay formación específica para aeronaves (EMS), algo que dificulta y desampara a los médicos que trabajan en este tipo de servicios de urgencia. “Poco a poco estamos luchando para tener una especialidad y que se regle esta formación porque la mayoría de nosotros nos hemos ido especializando según ha ido surgiendo” , explica Antía Domínguez. En su caso trabajó en hospitales y en Urgencias, “pero he estudiado por mi cuenta a través de cursos -la mayoría nos los pagamos los propios médicos- para este servicio que es tan exigente”, lamenta. Así, pese a la dificultad de las situaciones y la característica extrahospitalaria del desplazamiento, “no hay una formación reglada que nos valide”. Cree que sería conveniente que “la exigiesen, igual que en otros servicios piden determinados másteres, porque así se marcaría la diferencia”, señala.